Según informó ayer el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), una familia tipo (dos adultos y dos menores) necesitó en diciembre 25.493,80 pesos para no ser pobre y 10.197.53 para no ser indigente.

La Canasta Básica Total registró un aumento del 1,1% respecto del mes anterior y la Canasta Básica Alimentaria (que comprende el conjunto de alimentos necesarios para la subsistencia) se incrementó en un 0,7% respecto de diciembre 2018.

La inflación es el resultado de algo que tiene que ver con un comportamiento colectivo y no es un problema que pueda resolverse con una receta mágica. El mes de diciembre mostró una desaceleración en las canastas básicas, pero los incrementos a lo largo de todo el segundo semestre de 2018 es probable que se traduzcan en mayores niveles de pobreza e indigencia. Mientras tanto, ¿no sería bueno que la política se decida, de una buena vez, a tomar una medida para ayudar a los que pagan los costos de la crisis? Bajar el IVA de los alimentos la canasta básica, por ejemplo, podría ser un buen comienzo.