Así propuso el candidato a jefe de Gobierno de Roberto Lavagna, Matías Tombolini, al referirse a la Ley de Emergencia Alimentaria, que obtuvo media sanción este jueves. El economista reclamó un nuevo orden de prioridades que atienda la urgencia de quienes no tienen para comer.
Este jueves, la Cámara de Diputados dio media sanción a la Ley de Emergencia Alimentaria por 222 votos positivos y una abstención.
Mientras el proyecto se debatía en el Congreso, el candidato a jefe de Gobierno de Consenso Federal, Matías Tombolini, resaltaba, en declaraciones radiales, su importancia.
Haciendo un repaso de cómo se dio el proceso, Tombolini recordó que “inmediatamente después de la primera consecuencia de la devaluación que operó desde el 12 de agosto en adelante, Roberto Lavagna salió a plantear la necesidad de declarar la emergencia alimentaria, no como un título, sino como un marco que englobe a un conjunto de medidas”.
Resaltó que a la propuesta del candidato a presidente de Consenso Federal “se sumó la Iglesia y luego el resto del arco opositor”.
Mencionó que la Argentina, antes de la profundización de la crisis de agosto, ya presentaba “un alto umbral de pobreza” de 35 puntos. “Por ese motivo, resulta urgente que el Estado salga a garantizar que la gente pueda tener un plato de comida en su mesa”, subrayó.
Consultado sobre cómo debería implementarse la ley, Tombolini expresó que “una forma sería reforzando los mecanismos de política social que ya existen, cuya principal polea de transmisión son las escuelas, que dan de comer a millones de niños y niñas en el país”.
“Nosotros decimos que hay que incrementar las asignaciones presupuestarias de las raciones tanto de los desayunos como de los almuerzos y meriendas, y abrir las escuelas los fines de semana para que los chicos y chicas puedan ir a comer esos días. Hoy la escuela tiene un doble rol: el educativo, pero también el social, porque es el ámbito en el que muchos pibes comen”, destacó.
También se refirió al financiamiento de la norma y dijo que debe establecerse un nuevo orden de prioridades que atienda la urgencia de aquellos que no tienen para alimentarse.
“Eso es lo que significa gobernar: elegir, entre los recursos escasos que tenemos, qué es lo que hacemos primero y qué hacemos después. Se trata de que los pibes en la Argentina, que hoy el 50 por ciento son pobres, no corran riesgo alimentario”, concluyó.