Los datos que el Indec brindó la semana última reflejan, en números, la gravedad de la crisis económica y encienden luces rojas para los próximos meses.
El Índice de Producción Industrial manufacturero (IPI), a julio 2019, mostró una caída de -1,9% interanual. Y el acumulado de los primeros 7 meses del año presentó una baja de -8,4%, en comparación con igual periodo de 2018.
Los sectores con mayores caídas entre julio 2019 y julio 2018 fueron:
- “Vehículos automotores, carrocerías, remolques y autopartes”, -26,1%.
- “Otro equipo de transporte”, -16,7%.
- “Productos de metal”, -7,7%.
- “Prendas de vestir, cuero y calzado”, -7,2%.
- “Sustancias y productos químicos”, -5%.
- “Productos minerales no metálicos”, -4,6%.
- “Industrias metálicas básicas”, -4,4%.
- “Madera, papel, edición e impresión”, -3%.
- “Productos de caucho y plástico”, -1%.
- “Productos de tabaco”, -0,3%.
“Muebles y colchones, y otras industrias manufactureras” mostraron una variación cercana al 0%, y solo crecieron “Otros equipos, aparatos e instrumentos” (8,9%), “Refinación del petróleo, coque y combustible nuclear” (4,7%), “Alimentos y bebidas” (4,2%), “Productos textiles” (1,7%) y “Maquinaria y equipo” (0,7%).
Más números negativos
El Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC), también con datos a julio 2019, exhibió una caída interanual de -1,7%, y en el acumulado de los 7 primeros meses de este año mostró una baja de -8,3% vs. igual periodo 2018.
En lo que se refiere a los puestos de trabajo registrado del sector, a junio 2019 habían bajado -1,6% con respecto a mayo 2019 y -3% interanual. A su vez, en el acumulado enero-junio 2019, este indicador se derrumbó -2,4% con respecto al mismo periodo de 2018.
Pésimo panorama para el empleo en los próximos meses
Ambos reportes del Indec expusieron expectativas y perspectivas de industriales del sector manufacturero y la construcción. Las respuestas de los consultados son poco alentadoras y reflejan la desconfianza en la actual política económica.
Entre los empresarios de la industria manufacturera, para agosto-octubre 2019 vs. igual periodo 2018:
- 43,8% cree que la demanda interna caerá.
- 34,5% estima que disminuirá la utilización de la capacidad instalada.
- 48,4% conjetura que aumentará su necesidad de tomar crédito.
- 22,2% considera que bajará la dotación de personal.
- 30,5% piensa que las horas de trabajo del personal afectado al proceso productivo serán reducidas.
Por su parte, la encuesta cualitativa de la construcción, realizada a grandes empresas del sector, muestra, también para el periodo agosto-octubre 2019, malas perspectivas:
- 50% de las empresas que realizan obras privadas prevé que el nivel de actividad del sector disminuirá y lo atribuyen a la caída de la actividad económica (30,2%), la inestabilidad de los precios (24,4%), los altos costos de la construcción (14,4%) y a los atrasos en la cadena de pagos (14,3%).
- 64% de las empresas dedicadas a la obra pública manifestó que la actividad disminuirá y las razones son similares: caída de la actividad económica (30,6%), inestabilidad de los precios (23,1%) y atrasos en la cadena de pagos (17,1%).
Y en lo relacionado a los trabajadores, sean permanentes o contratados:
- 34,2% estima una disminución del empleo entre las empresas dedicadas a obras privadas.
- 53,4% piensa también que el empleo se reducirá en las empresas dedicadas a la obra pública.
Emergencia alimentaria, emergencia industrial
La caída sostenida de la productividad de empresas y pymes en sectores sensibles a la generación de empleo en la Argentina -como la construcción, la industria textil y las manufacturas en general- son la consecuencia de una política económica que apostó al capital especulativo sin restricciones, desdeñando al capital productivo. De este modo, ya sumamos 8 años de parálisis económica.
Así como es necesario declarar la emergencia alimentaria, abriendo comedores escolares sábados y domingos para paliar el hambre de la mitad de los chicos de nuestro país, estamos, en los hechos, en una situación de emergencia industrial, como si una guerra hubiese sucedido entre nosotros.
Revertir este modelo de fuga de capitales especulativos, que ahuyenta las inversiones productivas, es el desafío que tenemos todos, y especialmente la clase política. Gobernar es crear trabajo. Y crear trabajo es apostar por el desarrollo industrial del país. Este gobierno se ha encargado de hacer todo lo contrario.