“Los trabajadores de la planta Ford, en la localidad bonaerense de General Pacheco, denunciaron 500 suspensiones a partir del último lunes y ‘la paralización total del establecimiento a partir de hoy’ ante ‘la ausencia de materiales de producción’.
El texto del párrafo anterior es del 17 de mayo y podés leer la nota completa en este link de la agencia Télam.
¿Qué hay detrás de noticias como esta?
Ventas
Entre otros datos, una caída en abril en la venta de automóviles en el mercado interno del 61,5% interanual (ia), la más grande desde 2002.
El gráfico de abajo te lo explica haciendo honor a la frase “una imagen vale más que mil palabras”.
Caída del consumo, caída de la producción
El mal momento de las ventas de automóviles tracciona la baja producción de las fábricas. Los últimos datos del Indec para el sector “Automotores y otros equipos de transporte” indican que su fabricación, a marzo, se derrumbaba al 33,6% ia.
También el organismo oficial de estadísticas indicó en su informe sobre Utilización de Capacidad Instalada en la Industria para el capítulo “Vehículos Automotores” que, en marzo, este índice se encontraba al 35%. Es decir, que la producción automotriz tenía ese mes el 65% de su capacidad instalada ociosa. Ese porcentaje no solo incluye máquinas, sino también puestos de trabajo.
A estos datos se suman los de la Asociación de Fábricas de Automotores (ADEFA). Esta informa que la producción de automóviles, a abril de 2019, se había derrumbado el 52,3% ia.
Una última explicación del porqué de semejante crisis en el sector se lograr con solo mirar el gráfico siguiente.
La comparación entre la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE) medida en dólares y las ventas de automóviles en el mercado interno muestra cómo los vaivenes del sector automotriz responden directamente a los ingresos medidos en moneda estadounidense. Esto se da por la enorme cantidad de autopartes importadas y de autos totalmente importados en el mercado nacional. Lejos han quedado los tiempos donde un 128 o un R12 eran 100% (o casi) hechos en casa.
El sector automotriz es solo una muestra de cómo se achicaron la producción nacional y el consumo, a la vez que crecieron el desempleo y la pobreza en estos últimos años.
Las soluciones que demandan industrias y pymes nacionales no solamente son de tinte económico. Requieren de políticas de Estado soberanas que salten cualquier tipo de grieta y se orienten a la independencia económica y a la justicia social, que no es individual, sino colectiva, y que incluye a los emprendedores e industriales argentinos, como a sus trabajadores.