“El que apuesta al dólar, pierde” (Lorenzo Sigaut, ex ministro de Economía)

Hace ya algunas semanas que el Gobierno puede asegurar que las medidas adoptadas en materia de política monetaria fueron exitosas. El dólar se mantuvo calmo durante los últimos días y la estabilidad cambiaria genera una cierta tranquilidad en la economía, pero ¿cuáles son los costos que se pagan por mantener estático el tipo de cambio?

En primer lugar, la inflación se está comiendo la competitividad alcanzada. El dólar por debajo de la zona de no intervención de la banda cambiaria y una inflación que en el primer trimestre rondará el 3% mensual atrasan nuevamente el valor la moneda.

En segundo lugar, la elevadísima tasa de interés. Estas tasas son prohibitivas para muchas empresas que tienen que financiar su capital de trabajo y lo están perjudicando.

Por último, el dólar se encuentra estable gracias al buen humor de los mercados internacionales.

El día que nuevamente se dé una reversión de capitales (un corte en el financiamiento) vamos a sentir el costo.

Una última consideración

El Banco Central no tiene aún mucho para festejar. Si bien el tipo de cambio se ha movido poco, el alto nivel de las tasas y una inflación elevada muestran a las claras que, todavía, falta mucho camino por recorrer.