Más inflación y caída de la productividad
Otra semana con malas noticias económicas. El Indec anunció la inflación de mayo, que no fue muy diferente del Relevamiento de Expectativas del Mercado del BCRA: +3,1% para ese mes, con una acumulada en el año de +19,2% y una interanual de +57,3%.
¿Hace falta recordar que en el Presupuesto 2019, el Gobierno estimó una inflación para todo 2019 del 23%? ¿Hace falta subrayar una vez más la imprevisibilidad y la falta de credibilidad de la política económica actual?
Las preguntas son retóricas, por supuesto, y nacen de la indignación. Más aún cuando se observa la inflación en alimentos y bebidas, que, en términos interanuales, fue de +64,9%, impactando de manera directa en los sectores bajos y medios de la sociedad, que consumen casi todos sus ingresos en comer y beber para subsistir.
Sin embargo, alimentos y bebidas no fue el que lideró el ranking de los rubros que más subieron (creció +2,4% ese mes). La lista de las mayores alzas mensuales la encabezan salud (+5,1%); vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles (+4%) y transporte (+3,5%). Todos estos productos y servicios también duelen, y mucho, en el bolsillo de los trabajadores, las pymes, las personas semiocupadas y los desocupados.
Los precios en CABA también afectan a los porteños
La Ciudad de Buenos Aires, a través de su organismo estadístico oficial, arrojó para mayo los siguientes datos sobre inflación:
- +3,1% en el mes analizado.
- +19,4%, acumulada en 2019.
- +54,7% en los últimos 12 meses.
- +60% interanual en bienes generales.
Mientras que los productos y servicios que más se encarecieron, con datos mensuales de mayo fueron:
- Educación: +5,7%.
- Salud: +4,9%.
- Vivienda, agua, electricidad y otros combustibles: +4,4%.
La producción continúa a media máquina
Otro dato preocupante del Indec fue publicado el martes último. Refirió que la utilización de la capacidad instalada mostró otra vez caídas interanuales. En abril se alcanzó el 61,8% de utilización, lo que implica una caída de 6 puntos porcentuales (pp) versus abril de 2018.
En este marco, las automotrices nuevamente fueron las que más sintieron la recesión y la caída de la productividad. El nivel de utilización de capacidad instalada de este sector era, en abril, del 37,6%, 18,2 pp menos que 12 meses atrás.
De igual modo, hubo caídas notables en tabaco (-10,6 pp) y caucho y plástico (-10,3 pp). Solamente edición e impresión (+1,2 pp) tuvo dinámica positiva.
Una aproximación al porqué de estos datos
Si bien la explicación de la actual situación económica no puede ser resumida en un texto de blog, se puede afirmar que:
- a) La inflación es el resultado de una política económica oficial que ha fracasado hace ya tiempo en todos sus intentos por ganar reputación a través de credibilidad y certezas; el rumbo, ese rumbo que desde el Gobierno parece ser el único, nos conduce indefectiblemente a este aumento persistente de los precios mes a mes; y la falta de diálogo y de apertura, desde el plano político, por parte de quienes gobiernan, han contribuido a esta inercia inflacionaria de la que no podemos distraernos, puesto que, ya sabemos, el final es abierto y depende de factores tanto externos como internos.
- b) La caída de la utilización de la capacidad instalada en la industria manufacturera (y su consecuente caída de la actividad) es una consecuencia directa del factor inflación, que retrae la demanda, baja el poder adquisitivo del salario real y, a la vez, para controlar un alza de precios todavía mayor, genera un elevado costo de financiamiento para empresas y pymes.
Necesitamos que, desde la política y la clase dirigente, se arribe a consensos básicos para salir de esta crisis que no es tan solo económica, sino social. No han pasado ni 15 días desde que leímos el informe de la UCA donde se señala que, a 2018, casi el 52% de los niños, niñas y adolescentes de la Argentina viven en la pobreza.
La negación de cualquier posibilidad de diálogo, aun en tiempos electorales como los que vivimos, profundiza este deterioro de la vida de millones de argentinos. Mientras estas líneas son escritas más ciudadanos, y entre ellos chicos, caen en la pobreza. No podemos esperar a diciembre. Se juega el futuro del país.