Bajar impuestos y gastos superfluos en la Ciudad
“Bajar impuestos” a vecinos, pymes y comercios porteños no es un eslogan de campaña vacío de contenidos. Es posible realizarlo, solo hay que saber hacerlo. ¿Cómo?
Un modo de lograrlo es a través de la eliminación de gastos superfluos que ejecuta el Gobierno de la Ciudad. Estos gastos superfluos abundan. Los podés encontrar en el Boletín Oficial. Y causan, por lo menos, sorpresa.
Publicidad oficial
En 2018, la administración porteña gastó en publicidad oficial $1.659.901.593. La cifra equivale al 86% de lo recaudado por el GCBA ese año en concepto de ingresos de tasas por fiscalizar, habilitar y certificar. En esa bolsa impositiva se encuentran, entre otros ítems, lo recaudado por otorgamiento de licencias para conducir, habilitaciones de ocupación de la vía pública, tasa de Justicia…, y la lista sigue.
Los mismos fondos gastados el último año por el Gobierno porteño en concepto de “publicidad” también equivalen al 20% de lo ingresado por ABL en 2018, o al 10% de la recaudación del Impuesto de Sellos durante igual periodo. O, si lo traducimos a ingresos, a 210.000 jubilaciones mínimas y 170.000 salarios mínimos, a valores del año pasado.
El ítem “publicidad oficial” es un solo ejemplo de gastos superfluos que financiamos los porteños con nuestros impuestos.
Existen otros numerosos gastos de este tipo que los vecinos de CABA pagamos, en desmedro de la salud, la educación, la seguridad, la baja de impuestos y la reactivación de pymes y comercios. En otras entregas, si la coyuntura coopera, intentaré describirte algunos más. Los ejemplos sobran.
Uno más: $275 millones fue el presupuesto para embellecer a la calle Corrientes, obra inaugurada en abril. El monto equivale al 59% del gasto anual en maquinaria y equipo del Ministerio de Salud de la Ciudad.
Pero no te quiero abrumar con más millones y millones de pesos. Quiero ir al punto central…
Es posible poner dinero en el bolsillo de los porteños
Lo concreto es que, como verás, bajar impuestos y ponerle dinero al bolsillo de los porteños no es una promesa electoral. Tiene asidero, hay un cómo para hacerlo -entre otras herramientas, a través de la eliminación de gastos superfluos- y existe un presupuesto millonario que lo sustenta.
La detección y eliminación de gastos superfluos es una de las puertas que abre la posibilidad real de reducir impuestos como ABL, Ingresos Brutos y Sellos, reordenar prioridades y volcar ese dinero en la actividad económica, la producción y el consumo.
Ah… Y con esos recursos bien administrados, además de reducir o eliminar impuestos malos, se puede frenar el endeudamiento de la Ciudad.
Inflación y caída de la productividad: más de lo mismo
En el plano nacional, el Indec anunció la semana que pasó que la inflación de junio fue del 2,7%, apenas por encima del registro de mayo. Por su parte, la Dirección de Estadística y Censos del GCBA arrojó 2,8% de inflación para igual mes para la Ciudad.
Con estos datos, la inflación interanual trepó al 55,8% en el país y al 53,3% en CABA, mientras que los alimentos corrieron más rápido: 60,8% en un año.
¿Consecuencias? Entre otras: la pérdida del poder adquisitivo del salario mínimo ya es del 15,5% en 365 días y el 77% de la clase media argentina se encuentra endeudada, según un estudio que podés leer en este link. En todos los casos se trata de datos, no de relatos.
También el Indec reportó que la Utilización de la Capacidad Instalada en la Industria (UCII) continúa con números negativos.
En mayo el indicador arrojó 3,1 puntos porcentuales por debajo de igual mes de 2018: en el quinto mes de este año el UCII se encontraba al 62%.
Solo tres sectores operaron con mayor intensidad que igual periodo del año pasado: sustancias y productos químicos (+5,2 pp), edición e impresión (+1,7 pp) y refinación del petróleo (+0,8 pp). Entre las principales bajas se posicionaron la industria automotriz (-18,6 pp), productos del caucho y plástico (-11,5 pp) y productos del tabaco (-8,7 pp). La caída del sector manufacturero no parece encontrar piso.
Mala gestión nacional y porteña
Los datos reseñados dan cuenta de malas administraciones tanto en el orden nacional como en el de la Ciudad de Buenos Aires. Los dos gobiernos emplean la misma táctica: disimular el fracaso económico-social con pavimento, promesas y gastos superfluos que no solucionan los problemas reales de los argentinos.
Hace por lo menos 8 años que la Argentina no crece y vive de estas ficciones construidas por “Malos” y “Peores”, aquellos que quieren posicionarse como los principales contrincantes de las próximas elecciones, agitando temores y odios de uno y otro lado de la grieta.
El antídoto de estas supercherías políticas, sin embargo, existe y se encuentra en el sentido común de cada uno de nosotros. En este sentido las PASO son una gran oportunidad para romper con esta falsa antinomia de “Malos vs. Peores”, donde unos y otros son más de lo mismo. Solo alcanza con ver cómo están compuestas las fórmulas a precandidatos a presidente y vice de la Nación de ambos espacios.